Errores comunes al usar martillos hidráulicos (y cómo evitarlos)
Operar un martillo hidráulico parece sencillo: presionar y romper. Pero en la práctica, hay errores frecuentes que acortan la vida útil del equipo y afectan el rendimiento. Aquí te comparto los más comunes y cómo evitarlos:
1. Golpear en vacío. Accionar el martillo sin que el cincel esté en contacto firme con el material provoca impactos internos sin utilidad, generando calor excesivo y desgaste prematuro de componentes clave como el pistón y los pernos de sujeción.
Solución: Asegúrate de que el cincel esté bien apoyado antes de accionar el martillo. Evita mantenerlo en funcionamiento después de que el material ya se ha fracturado.
2. Uso como palanca. Utilizar el martillo para mover o levantar objetos ejerce fuerzas laterales que pueden dañar el cincel y las partes internas del equipo.
Solución: Usa el martillo exclusivamente para romper. Para mover material, emplea herramientas diseñadas para esa función.
3. Golpear en el mismo punto por mucho tiempo. Mantener el martillo en un solo lugar sin resultados puede sobrecalentar el sistema y dañar las piezas internas.
Solución: Si después de 15-30 segundos no ves progreso, cambia de posición. Trabaja desde los bordes hacia el centro para facilitar la fractura del material.
4. Lubricación inadecuada. La falta de grasa o el uso de lubricantes no específicos aumenta la fricción, acelerando el desgaste del cincel y las bujes.
Solución: Aplica grasa especializada para martillos hidráulicos cada 2-3 horas de uso. Considera sistemas de lubricación automática si el trabajo es intensivo.
5. Mala alineación del golpe. Golpear en ángulo o mover el martillo mientras impacta genera tensiones que pueden romper el cincel o dañar el portaherramientas.
Solución: Mantén el martillo perpendicular al material y evita movimientos laterales durante el impacto.
6. Ignorar el mantenimiento del portador. Un brazo de excavadora inestable o con presión hidráulica inadecuada afecta el rendimiento del martillo y puede causar daños.
Solución: Verifica que el portador esté en buenas condiciones y que los parámetros hidráulicos sean compatibles con el martillo.
7. Descuidar el mantenimiento preventivo
Filtros sucios, conexiones flojas o aceite contaminado pueden llevar a fallos graves.
Solución: Establece un programa de mantenimiento regular, siguiendo las recomendaciones del fabricante.
Evita errores costosos y dale el mantenimiento que merece.
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